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Las tres inteligencias

La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, así como la habilidad para manejarlos.

Aprender a navegar en el mundo de las emociones, logrando mayor “sintonía” con el propio mundo afectivo y el de las demás personas, enriquece la vida personal así como las relaciones interpersonales.

Goleman (1995), señala que el nivel emocional tiene un alto poder sobre nuestros pensamientos y por ende, sobre nuestro comportamiento, es decir, que el éxito en la vida, tanto profesional como personal, no está determinado por el nivel de inteligencia entendida tradicionalmente, sino por diversas habilidades que definen a la inteligencia emocional, la cual se clasifican en dos modalidades: inteligencia intrapersonal (ámbito emocional) e inteligencia interpersonal (ámbito social). 

 La inteligencia intrapersonal es aquella capacidad de conocer y manejar el estado emocional de la persona; es la capacidad de conocer con realismo cómo somos, qué queremos, entender cabalmente cuáles son nuestras prioridades y anhelos, para así actuar en consecuencia. Las personas con un alto grado de inteligencia intrapersonal pueden entender por qué siente o piensa tal o cual cosa y actuar en consecuencia; permite comprenderse mejor y trabajar con uno mismo. 

Mientras que la inteligencia interpersonal es la capacidad de liderazgo, la aptitud para relacionarse, mantener amistades y solucionar problemas sociales.





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Tomar el control de tus emociones de manera consistente y deliberadamente transformará la experiencia de tu vida diaria; pero, ¿Qué diferencia hay entre una emoción y un sentimiento?                    EMOCIONES:                                                   Desaparecen rápidamente sino hay estímulos.  Aparecen en forma brusca y son muy intensas.  Son estados afectivos pasajeros.  Generan cambios orgánicos.  Necesitan de un estímulo para aparecer.                                                                                                                            SENTIMIENTOS:  Nos acompañan a lo largo de la vida. Se presentan con moderada intensidad. Son estados afectivos de carácter duradero. No producen cambios biológicos bruscamente. No necesitan de un estímulo para aparecer.   Los sentimientos difieren de las emociones ya que son puramente mentales mientras que las emociones interactúan con el mundo. Los sentimientos son más duraderos que las emociones, pero las